domingo, 21 de junio de 2009

UN ARTE DE NOVELAR

UN ARTE DE NOVELAR
por Braulio Arenas

Este tiempo nos ha traído un imprevisto regalo: el comienzo de la publicación, en Buenos Aires, de una larguísima obra de Juan Emar.
Por mucho que este escritor chileno no haya contado nunca con un vasto número de lectores, tuvo, no obstante, una minoría a su favor, los que celebraron Ayer, Miltín y Un año, publicados hacia 1935, aumentados estos títulos con los Diez, cuentos editados por Ercilla y reproducidos por la Editorial Universitaria.
El breve paso de este escritor por la literatura hacía pensar a los más desprevenidos que el suyo había sido tan sólo un destello. A la verdad, no dejaban de tener alguna razón, pues transcurrieron los años y murió el autor, sin que nunca jamás se le viera enriquecer su bibliografía con un nuevo aporte.
Sin embargo, desde entonces -desde el mismo momento de la aparición de sus libros hasta el instante de su muerte- no había dejado de escribir un solo día. De este modo, imperceptiblemente, su manuscrito fue aumentando en páginas hasta llegar a la impresionante cantidad de cinco mil folios.
Nosotros tuvimos la oportunidad de leer esa inmensa obra -no el total de ella, pero si aproximadamente una tercera parte-, convenciéndonos, una vez más, de la genialidad de su autor.
En efecto, se podría asegurar que Umbral, de Juan Emar, es un libro original de un extremo al otro, sin precedente en ninguna literatura. Todavía más, cierta vertiente suya podría señalarse como precursora del "nouveau roman" francés, siendo, en su aspecto general, una producción inclasificable dentro de cualquier género literario, pues la narración -si es que de narración novelesca se trata- se encuentra interrumpida a cada paso por otros relatos, cuando no por reflexiones que rompen, hasta el infinito, la unidad del texto.
Todo lo que hemos expresado hasta aquí, lo sabemos, no dará una verdadera dimensión de la obra, pero, afortunadamente, ya contamos con el primer volumen para remitir al lector, indicándosenos, además, que la Editorial Carlos Lohlé, de Buenos Aires, publicará a fines de este año el segundo tomo de la larga serie, con lo que se podría decir que la obra de nuestro compatriota ya ha echado a andar por un camino seguro.
Y ahora, nos preguntamos, ¿no ha sido el propio Juan Emar el que se ha encargado de suministrarnos la técnica que ha empleado para componer la obra total?
Si entendemos bien sus explicaciones (aparte de las que nos suministró personalmente), él escribía un largo período de intención novelesca, ocupando unos 30 centímetros de papel, y en seguida lo cortaba en trozos, cinco, seis, o siete trozos (según la cantidad de puntos apartes que contuviera el relato en cuestión).
En seguida, a continuación de cada uno de estos trozos, el autor procedía a escribir un nuevo texto, nacido éste de la sugestión que le procurara el fragmento cortado. Después reunía el total en una larga tira de papel, no yá de 30 centimetros, sino de un metro o de mucho más, encajando los nuevos textos tras los que le habían dado origen.
Entonces comenzaba una nueva fase, o, más bien, un nuevo corte del relato. El total reunido (por el texto original y por los textos incorporados) volvía a convertirse en un conjnto de fragmentos, los que volvían a dar paso a nuevos textos, integrados éstos al total, pero nuevamente cortados en fragmentos.
"Y la unidad se ha conservado, pese a quien pese: puesto que el total -por kilometros que se haya desarrollado- guarda como encabezamiento el primer encabezamiento, lleva en el centro lo que era el centro y termina con su término... Es decir que, si gráficamente el relato se ha estirado en línea recta, como una serpentina que se desenvuelve, en la realidad literaria y profunda se ha englobado haciendo sonar, por afinidad, todas las notas susceptibles para un acorde mayor"
Agreguemos que esta técnica sería inútil, así como cualquier técnica, si el contenido de la obra no estuviera animado por una gran originalidad y una gran belleza.
Y estos dos elementos son los mejores ingredientes de Umbral, del magnífico escritor chileno.


en El Mercurio, Santiago, 25 de noviembre de 1979.


1 comentario:

  1. Hola
    Te invito que pases por el blog:
    http://www.culturayarteperuano.blogspot.com

    Saludos¡¡¡¡¡¡¡¡

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